Hay platos de comida que merecen el cielo. Una carne hecha lentamente por varias horas, tierna, suave, llena de sabor y, que se deshace en la boca, siempre será una experiencia gastronómica sublime. Dichas experiencias, que antes estaban reservadas a los restaurantes, hoy son posibles,  gracias a ollas de cocción lenta, slow cookers o crock pots.

Esta herramienta fue creada en 1936 por Inving Naxon a quien la inspiración le surgió de las historias de su abuela de cómo preparar el cholent, un plato típico de Lituania. Este se cocinaba en una olla que se dejaba en el horno en el que se hacía el pan, siendo el calor residual el que lo guisaba lentamente.

Naxon creó entonces un aparato portable que imitaba ese calor suave para cocinar a baja temperatura, durante varias horas y, con poco consumo de energía. Aunque salió al mercado en 1950, no fue hasta la década de 1970, que se convirtió en un electrodoméstico esencial en las casas estadounidenses.

¿Cómo funciona?

olla slow-cooker

La slow cooker tiene esencialmente dos partes: una carcasa metálica con alimentación eléctrica y un recipiente extraíble, generalmente, de material cerámico. Nuevas versiones incorporan incluso la posibilidad de agregar presión, por lo que se convierte en utensilio muy versátil que permite cocciones rápidas y lentas, según la selección.

La carcasa se calienta mediante resistencias internas, transmite el calor a la olla extraíble y cocina con una temperatura que sube, de manera lenta y gradual, hasta alcanzar 100°C.

¿Qué cocinar?

Alimentos en slow-cooker

La imaginación es el límite. Se pueden preparar arroces, frijoles, garbanzos, lentejas o arvejas para hacer en guisos o para utilizarlos en otras preparaciones, como ensaladas. Las carnes en cocciones largas, a bajas temperaturas, quedan suaves y tiernas. Incluso, hay quienes la utilizan para realizar postres como pasteles de frutas, flanes  o tartas.

¿Cómo usarla?

¿Cómo utilizar la slow-cooker?

Una olla de cocción lenta es una gran herramienta para tu cocina. Aunque al principio puede parecer complicada de utilizar, verás cómo, con la experiencia, vas cambiando esa percepción. Lo primero que tendrás que hacer es aprender sobre tiempos y temperaturas.

Mientras más alta sea la temperatura, menos durará la cocción. Sin embargo, si quieres carnes suaves y jugosas, permite una lenta preparación. Un pollo entero puede demorarse entre tres y cinco horas, de acuerdo con el calor; pero, una pechuga se cocinará en una hora. Las carnes de res, cerdo o cordero toman más tiempo y,  si son cortes duros, pueden tardar hasta ocho horas. 

No olvides leer cuidadosamente las instrucciones para entender su funcionamiento porque, incluso, según la marca y el modelo, ofrece diferentes modos de cocción para sopas, estofados, arroces, guisos y, hasta postres.

Una de las grandes ventajas de estas ollas es que, se puede dejar lo que estás preparando durante mucho tiempo, sin temor a que se queme. De hecho, puedes empezar la cocción en la noche y, tendrás todo listo para el mediodía.

¿Por qué usarla?

¿Por qué utilizar una slow-cooker?

Cocinar a bajas temperaturas y, por tiempos prolongados, le proporciona a la comida mucho sabor, contribuye en su textura y desarrolla aromas que, de lo contrario, no sería posible.

En estas ollas, se conserva la humedad de los alimentos. De hecho, el líquido que se evapora, no se escapa, lo que hace que el gusto se concentre, a la vez que  evita que los ingredientes reduzcan mucho menos su peso y tamaño, por lo que la comida rendirá más.

Algunas recomendaciones

Carne hecha en slow-cooker
  • La primera receta que puedes ensayar es un guiso o estofado de carne. Como se cuece lentamente, las carnes se gelatinizan, se suavizan sus fibras y sueltan todos sus líquidos. ¿El resultado? Carne jugosa, sabrosa y, que se deshace lentamente
  • Hay que saber cuándo agregar los ingredientes: verduras, como la cebolla y el ajo, deben aportar todo su sabor, por lo que deben ir al principio. Luego, incorpora la proteína y, finalmente, las verduras, siempre añadiendo las más duras, como la zanahoria, desde el principio. Ingredientes como el arroz o la pasta, solo se agregan al final, para que no queden pegajosos.
  • No es necesario agregar aceite. Lo único que debe garantizarse es una humedad adecuada.
  • Para tener una salsa espesa, pasa la carne por un poco de harina o de fécula de maíz. Esto le proporcionará untuosidad al guiso.
  • Cuando se hace uso de la cocción lenta, esta es la escala que debes tener en cuenta:
    • Si normalmente tarda de 15 a 30 minutos, cocina durante 1 o 2 horas en alta o, 4 a 6 horas, en baja.
    • Si se demora 30 minutos a 1 hora, cocina por 2 o 3 horas en alta o, de 5 a 7 horas, en baja.
    • Si se toma de 1 a 2 horas, cocina por 3 a 4 horas en alta o, de 6 a 8, en baja.
    • Finalmente, si la receta tiene una cocción de 2 a 4 horas, cocina de 4 a 6 horas en alta o, de 8 a 12, en baja.

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