Los tesoros culinarios son como esas gemas escondidas que se encuentran en algún lugar del mundo, esperando ser descubiertos.

Si existe un ingrediente que merezca un monumento, sin duda alguna, la fantástica mozzarella es una de los ganadoras. 

Es que hablando en serio: 

¿Existe algo que no pueda mejorar un trozo de este maravilloso queso elástico de textura suave y cremosa?

Piénsalo:

¿Qué sería de la ensalada caprese sin sus deliciosas rodajas? ¡Nada! 

Y, ¿qué hay de la reconocida ¨parmigiana¨ de berenjenas o de las albóndigas de queso rellenas de mozzarella?

¿O, qué podría ser más exquisito que morder un dedito de pan caliente y encontrarse con un centro de queso fundido?

Difícil imaginarlo.

En pocas palabras: 

La mozzarella llegó al mundo y nos cambió la vida. 

Sobre todo cuando nos damos cuenta de todo lo que aporta a las artes culinarias:

  1. Textura y sabor: suave y ligeramente dulce, con una textura tierna y elástica. Al tener notas lácticas y un gusto delicado que se intensifica cuando se funde, se torna en una opción popular para miles de recetas.
  2. Versatilidad: además de ser un componente básico de la pizza, la mozzarella se puede usar en muchas otras preparaciones, desde ensaladas hasta aperitivos.
  3. Compatibilidad: combina con gran cantidad de alimentos, incluyendo carnes, verduras, frutas y hierbas.
  4. Nutrición: es buena fuente de proteína con alrededor de 7 gramos por cada onza, calcio, grasas saludables, vitaminas como la B12 y riboflavina y otros nutrientes esenciales para el cuerpo.
  5. Disponibilidad: presente en tiendas y supermercados en todo el mundo a un precio conveniente.

En cuanto a su aspecto, es generalmente blanco y cremoso, con una ligera variación de tonalidades dependiendo de la leche utilizada. Algunos pueden tener un tono ligeramente amarillo, debido a la dieta de las vacas que producen la leche o a la adición de colorantes naturales. También los hay ahumados con matiz más oscuro y un sabor a barbacoa característico.

¿Para qué puedes usar la mozzarella?

Aunque lo normal es que lo primero que se nos pase por la cabeza sea la pizza, la verdad es que no se limita exclusivamente a la cocina italiana.

Si bien su origen se remonta al siglo XII en la región de Campania, en el sur del país en forma de bota, la mozzarella es uno de los quesos más famosos y queridos en todo el mundo. Además de ser clave en platillos tradicionalmente italianos como la increíble pasta al teléfono, es parte de otras cocinas internacionales.

Por ejemplo, en la estadounidense, la mozzarella es supremamente apetecida.

Se emplea en el espectacular pollo parmesano, los inolvidables sándwiches de queso derretido a la parrilla, en los conocidos submarinos -plato típico de Nueva York y Filadelfia, con pan italiano, jamón, salami, lechuga, tomate y, por supuesto, en albóndigas gratinadas y en la renombrada hamburguesa, por nombrar solo algunos.

En la cocina mexicana y tex-mex, la mozzarella es la reina de las famosas quesadillas. Se derrite en la tortilla y se acompaña con carne, verduras o frijoles. 

Igualmente es inseparable de los nachos, las enchiladas y los chiles rellenos.

En la cocina asiática, la mozzarella se ha vuelto más popular en la región en los últimos años y está presente en la gastronomía:

En la cocina japonesa, se emplea con frecuencia en la elaboración de okonomiyaki, una especie de panqueque salado que puede llevar repollo, carne y mariscos.

En Corea, la mozzarella es común en el “bulgogi cheese steak”, un filete de ternera con queso derretido que se sirve en un pan pequeño estilo bocadillo.

En la cocina china, se integra en menús fusión como el “pollo a la parmesana chino”, donde el pollo se cubre con mozzarella y se hornea en salsa de tomate.

En la cocina tailandesa, es protagonista de los rollos primavera de queso mozzarella, que se envuelven en papel de arroz y se fríen.

En países de nuestra región como Argentina, la milanesa, que consiste en una fina rebanada de carne empanizada y frita, se baña con una capa de salsa de tomate y queso, antes de gratinar, para su versión a la napolitana.

El choripán no se queda atrás, un “sándwich” típico de la pampa con chorizo a la parrilla, chimichurri y pan, al que la mozzarella derretida encima lo hace aún más apetitoso.

Adicionalmente, la mozzarella adorna ensaladas argentinas, como la “caprese” con tomate, albahaca fresca, aceite de oliva y vinagre balsámico.

En la cocina colombiana, para no ir más lejos, es la estrella de  las renombradas papas chorreadas, el queso con bocadillo, las empanadas y las arepas.

Sin importar donde estemos, es una excelente alternativa en el día a día.

¿Qué tal subirle el nivel a los huevos de siempre y convertirlos en un sorprendente omelette de quesos?

¿Engalanar las noches de película con una mazorcada de pollo con queso que se estire?

¿Y, si te animas a transformar el pollo en un molde suculento o unos muslos rellenos?

Aprovecha y deléitate con prácticos pasabocas de ¨bruschettas¨ de tomate y mozzarella. Solo tienes que tostar pan, esparcir ajo y aceite de oliva, cubrir con rodajas de tomate, mozzarella rallado, hojas de albahaca fresca y un poco de vinagre balsámico.

Rico y simple.

¡Como puedes ver, las posibilidades son ilimitadas!

Es más, hasta puedes convertir la pizza en un postre con frutas, miel, arequipe o chocolate.

Mejor dicho, la próxima vez que vayas a hacer mercado, déjate llevar por un bloque de mozzarella.

¡Existen mil y una razones para tenerlo siempre en casa!

¡Acabas de aprender sobre el delicioso y versátil queso mozzarella! ¿Estás listo para poner a prueba tus conocimientos? Responde este cuestionario y descubre cuánto has aprendido.