Días de teletrabajo o de estudio en casa. A veces, hay poco tiempo para cocinar por lo que es aconsejable adelantar esta tarea. Puedes aprovechar el domingo para cocinar algunos alimentos y tenerlos listos para los días de semana.
Si quieres comer garbanzos, frijoles o arvejas, es ideal remojarlos antes de prepararlos. Por ser granos secos, se les debe devolver la humedad para que sean comestibles. ¿Cómo se hace esto? Cocinándolos durante cierto tiempo. Incluso, dependiendo de su tamaño, es necesaria una cocción de más de dos horas. ¿Quién tiene todo ese tiempo para hacer el almuerzo?
Otra opción es remojarlos. ¿Cuánto tiempo? Por lo menos doce horas. Y, a veces, en el corre corre del trabajo o en el cansancio de la noche, se nos olvida colocarlos en agua. Hay opciones, sí, puedes remojarlos por una hora antes de empezar a cocinarlos, pero esto solo ahorraría unos minutos o, puedes hervirlos durante dos minutos y dejarlos remojando en el agua en la que se hizo el proceso anterior, durante media hora. Aún así, te tocaría cocinarlos por una hora para que estén listos.
Nuestra propuesta: cocínalos por adelantado y congélalos.
¿Por qué congelar las leguminosas?
Una de las principales razones es el tiempo que ahorras, aunque también hay otras consideraciones:
La primera es el tema económico. ¿Cuánto cuesta una lata de garbanzos? Piénsalo antes de comprarla: al cocinar un paquete de 500 gramos de garbanzos secos, obtendrás la misma cantidad que ocho latas, y, a un menor precio.
Una razón más es que los granos congelados te duran alrededor de tres meses. Entonces, si los guardas en pequeñas porciones, podrás preparar sopas, ensaladas y ¨bowls¨ rápidamente, sin necesidad de esperar mucho tiempo.
¿Cómo congelar?
Congelar alimentos es una técnica que existe desde hace miles de años. Antes se realizaba con bloques de hielo, pero, cuando se inventaron las neveras, el frío se masificó y permitió que todos pudieran conservar los víveres en casa fácilmente.
La temperatura mínima para congelar es de -18°C. para que los alimentos no envejezcan, ni se dañen.
Ahora sí, a congelar leguminosas
Hay dos formas de congelar este tipo de granos. La primera, solo tras haber sido hidratados, la segunda, después de cocinados. La elección del método depende del uso que les quieras dar en la cocina.
Remoja durante 12 horas frijoles, arvejas secas y garbanzos. Luego escúrrelos, sécalos y llévalos a un recipiente hermético. Cuando los necesites, los tendrás listas para la olla, con una ventaja adicional: los cristales que se forman en su interior, ayudan a que los granos estén más suaves.
La otra opción es que los cocines y luego los congeles. Puedes hacerlos en forma de sopa y congelarla. Prefiere recipientes de vidrio que luego podrás descongelar al baño María.
En caso de que quieras congelar tus garbanzos para ensaladas o ¨bowls¨, lo mejor es que los cocines solo con agua y sal. Cuando estén listos, retírales el agua, viértelos en un recipiente hermético y llévalos al congelador.
Puedes poner en práctica el mismo procedimiento con arvejas, lentejas y frijoles. Para descongelarlos, basta con pasarlos por agua hirviendo de 30 a 60 segundos.
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