Cuando pensamos en Alaska, soñamos con imponentes glaciares, irreales auroras boreales y majestuosos osos polares. Estos y otros atractivos hacen que la región más al norte de los Estados Unidos sea un lugar de ensueño, merecedora de toda la admiración; más aún cuando descubres que, además de todos sus encantos, es también reconocida por una actividad que trae salud al cuerpo y bienestar al planeta.

Se trata de la pesca.

Gracias a la riqueza de peces en mares y ríos de Estados Unidos, la explotación pesquera ha tenido lugar desde la época de los aborígenes hasta la industria moderna. Una industria que, por fortuna, se encuentra vigilada y regulada por la NMFS (National Marine Fisheries Services) y las instituciones estatales y federales se encargan de gestionar y velar porque la pesca se realice de manera eficiente, productiva, limpia y saludable. 

La constitución de Alaska establece explícitamente que todos los productos del mar se utilizarán, desarrollarán y mantendrán en función del principio del rendimiento sostenible. Único estado en el país con este mandato.

Barco de cangrejo comercial que viaja con fondo de montaña nevada en Alaska

Además, pasa algo muy interesante: la región cuenta con una abundante población de fitoplancton, plantas microscópicas que habitan en la superficie del agua que, a la vez, alimentan al zooplancton. 

Los peces y mariscos pequeños se nutren del fitoplancton y zooplancton, para luego convertirse en alimento de peces y mariscos de mayor tamaño, así como de aves y mamíferos marinos, haciendo de éste un ecosistema fértil, abundante y sostenible. 

Las buenas prácticas y condiciones ambientales, sumadas al control sobre la cantidad de pesca, permiten una mejor manipulación a bordo, un procesado rápido y producción de menos residuos en el proceso, hacen que la calidad de sus pescados sean sin duda una alternativa superior.

Adicionalmente, las embarcaciones realizan viajes cortos, garantizando un pescado más fresco que pasa menos tiempo en llegar del mar o del río a la mesa.

¿Quieres saber por qué comer pescados y mariscos tiene tantos beneficios?

Prepárate, porque la lista es larga y suculenta.
Cuando habitualmente incluyes pescados y mariscos en tu dieta, favoreces tu salud de múltiples maneras.

Entre los beneficios más comunes se encuentran:

  1. Su valor calórico es bajo o moderado
  2. Sus proteínas son de alto valor biológico, pues cuenta con los aminoácidos esenciales que tu cuerpo necesita
  3. Su grasa es rica en ácidos grasos esenciales y en los poliinsaturados
  4. Su contenido de ácidos grasos Omega-3 es natural, ayudando a bajar los niveles de triglicéridos y a nivelar la presión arterial
  5. Su aporte de vitaminas del grupo B y una importante cantidad de vitaminas liposolubles como las vitaminas A, D y E contribuyen en mantener una buena salud
  6. Su riqueza en minerales como yodo, calcio, fósforo y selenio contribuyen en el fortalecimiento de huesos y músculos

Como si ésto no fuera suficiente, el consumo de pescados y mariscos favorece la salud de la piel, pues su abundancia de vitaminas liposolubles y colágeno ayudan a mantener su textura suave y elástica.

Niña y pescado fresco marisco saludable

¡Si tienes niños, no dudes en incluirlos en su menú!
Así adoptarán hábitos saludables en su alimentación, desde pequeños.
Les aportan grasas saludables, ayudan al buen desarrollo del sistema nervioso y fortalecen el sistema inmune, lo que significa niños más saludables y fuertes. 

La lista no termina aquí…

¿Sabías que el consumo de pescados y mariscos colabora en la prevención y control de enfermedades como la diabetes?

Así es, y te contamos por qué:

  1. Asisten en el control de la glucosa en la sangre, fundamental para las personas que padecen diabetes. 
  2. Contribuyen en la reducción del riesgo cardiovascular, gracias a su contenido de Omega-3 (principalmente en pescados azules), ayudando a disminuir los niveles de triglicéridos y colesterol en sangre, y mejorando la sensibilidad a la insulina.
  3. Son una buena fuente de proteína y permiten equilibrar el consumo de carbohidratos, situación fundamental en las personas diabéticas.

Colaboran en la reducción de riesgos en el embarazo por diabetes gestacional, pues apoyan la disminución del nivel de azúcar en la sangre y la estabilización de la insulina durante el embarazo.

¿Y adivina qué?

Si los pescados y mariscos que eliges para tu consumo provienen de Alaska, 
¡los beneficios se incrementan! 

Los pescados de alta calidad están considerados como los alimentos más ricos en ácidos Omega-3, como los productos del mar que viven en las aguas de Alaska. En ellas habitan salmón salvaje, bacalao negro, ostras, fletan, abadejo y mariscos, todos ellos con alto contenido de EPA/DHA (ácidos Omega-3). Igualmente sucede con los mariscos provenientes de este maravilloso estado.

100 gramos de salmón rey de Alaska contienen 1736 mg EPA/DHA
100 gramos de salmón rojo de Alaska contienen 858 mg EPA/DHA
100 gramos de bacalao negro de Alaska contienen 1815 mg EPA/DHA
100 gramos de fletán de Alaska contienen 236 mg EPA/DHA

¿Quedaste con antojo de hacerle bien a tu cuerpo y, además, comer delicioso?

Entonces, te tenemos una gran noticia. 

En la actualidad, puedes encontrar estas versátiles variedades provenientes del país de los iglúes y esquimales:

Salmón Salvaje
Salmón salvaje ahumado
Pruébalo en este deliciosa poke con frijol y mango biche

Cangrejo de Alaska
Huevas de salmón salvaje
Pescado blanco de Alaska
Marisco de Alaska