¿Has probado alguna vez el hígado de res? Hay quienes aman este corte de carne, otros prefieren no incluirlo en su dieta. Sin embargo, por sus propiedades nutricionales se debería considerar su consumo una vez a la semana.

Es común encontrar personas que no saben cocinar el hígado. Sin una correcta preparación, tanto su sabor como su textura, podrían ser desagradables para cualquiera. Por esta razón, te brindamos unos tips antes de cocinarlo: uno de ellos es dejarlo reposar en agua fría durante dos horas, esto le dará una textura más suave y sabor menos marcado. Otra forma de ablandarlo y matizar su sabor, es sumergirlo porcionado en suficiente leche, de forma tal que la carne quede cubierta por el  líquido durante dos horas. Luego debe lavarse con abundante agua y secarse, este truco no solo le brinda un mejor sabor, sino que permite que se conserven sus jugos.

Si aún no has incluido el hígado de res en tu lista de compras, ¡es hora de hacerlo!

El hígado está listo para ser cocinado. ¿Sabes por qué es bueno comerlo?

Por qué es bueno consumir higado de res

Según Sylvie Tremblay, Maestra en Ciencias y Biología Molecular, investigadora y neurocientífica, 85 gramos de hígado tienen alrededor de 17 gramos de proteína y cuatro miligramos de hierro mineral que ayuda a las células a generar energía. Este alimento también  favorece la circulación del oxígeno en todo el cuerpo y contribuye a la eliminación de patógenos dañinos, como virus y bacterias por parte del sistema inmune.

El hígado tiene un alto contenido de vitaminas y minerales. Aporta vitaminas como la B12, que ayuda a la formación de glóbulos rojos en la sangre y al mantenimiento del sistema nervioso central, y vitamina A, que ayuda a la visión y al crecimiento de las células. Adicionalmente,  tiene fósforo y zinc, minerales vitales para la salud: el fósforo contribuye a la formación de huesos y dientes; y el zinc aporta en el correcto funcionamiento del sistema de defensa del cuerpo.

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Ahora que sabes por qué es bueno comer hígado, ¿sabes cómo prepararlo?

Higado encebollado

Una de las recetas más clásicas es el hígado encebollado. Para hacerlo necesitas 400 gramos de hígado de res en cubitos, una cebolla grande, aceite de oliva, dos cucharadas de vino tinto, un manojito de perejil picado y una cucharada de mantequilla. Verás que es muy fácil de hacer: lleva los cubos de hígado a una sartén con aceite de oliva. Retíralos cuando estén bien dorados. Dora la cebolla cortada en julianas en la misma sartén. Agrega sal, la mantequilla, el vino y el perejil. Cuando la cebolla esté transparente, regresa el hígado a la sartén y deja que se cocine por unos 20 minutos. Sirve con arroz blanco o puré de papa.

¿Quieres probar el hígado y otras exquisitas carnes?

¿Cómo elegir y conservar el hígado?

A la hora de comprar este corte sabrás que está fresco si tiene un olor limpio (evita aromas rancios o almisclosos). Su textura debe ser firme y no debe tener manchas. Si no lo vas a preparar inmediatamente después de la compra, consérvalo refrigerado de uno a dos días o congelado, de tres a cuatro meses.

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