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En realidad, vas a leer la historia de Sultán, un inocente labrador al que le cambió la vida para siempre.

Su juego favorito era traer la pelota amarilla que su amo Martín le lanzaba a lo lejos.

Un día, arrojó tan lejos la pelota que Sultán corrió más de la cuenta, desesperado por encontrarla. Buscó y buscó hasta que por fin la vio, la tomó con los dientes y… ¡oh sorpresa!, se rompió y de ella brotó un líquido dulce con un sabor celestial.

Cuándo Martín fue a buscarlo, encontró a Sultán con los pelos del hocico teñidos de un profundo color naranja y una mirada de culpa inexplicable.

El pobre peludo tenía muy claro que no debía meterse cosas extrañas a la boca. Le habían dicho más de una vez que era peligroso comer algo desconocido. Además, no quería que volviera a pasar lo mismo que ocurrió cuando se comió una bolsita de maní.

Con algo de temor, Sultán agachó la cabeza esperando una amonestación; pero, para su sorpresa, escuchó una agradable voz:

“Con que te gusta el mango, ¿eh?”

¿Mango? Esa era una palabra completamente nueva para Sultán y, como no podía decir que le había encantado, empezó a dar círculos sin parar para expresar su felicidad.

A partir de ese día, su vida se transformó y llenó de sabor.

Martín, al descubrir que su amada mascota disfrutaba tanto el sabor de las frutas, decidió investigar sobre el tema y se topó con un mundo de opciones saludables para deleitar el paladar de su leal compañero.

Por ejemplo, encontró que las frutas aportan vitaminas y minerales que refuerzan el sistema inmunológico, ayudan a mejorar la digestión, contienen fibra que favorece el tránsito intestinal, aportan antioxidantes que protegen de enfermedades y los ayudan a mantenerse hidratados.

Si te animas a incorporar estos manjares en su dieta, échale una mirada a la lista que Martín nos compartió. Eso sí, ten en cuenta que la cantidad adecuada dependerá de su peso y raza. 

Para tener certeza sobre las porciones óptimas, pide orientación al médico veterinario.

Veamos entonces, qué frutas puede consumir tu canino con tranquilidad:

Fresas: no sólo son una buena fuente de vitamina C y antioxidantes, también son una opción deliciosa y baja en azúcar.

Frambuesas: tienen poco azúcar y son altas en fibra.

Arándanos: contienen antioxidantes y vitamina C, ayudan a reducir la inflamación y prevenir infecciones en el tracto urinario.

Papaya y piña: son una gran fuente de agua, vitamina C y fibra.

Manzanas y peras sin semillas: tienen alto contenido de fibra y bajo de grasa, ideales para perritos que necesitan cuidar su línea.

Y, si se cae un pedacito de banano al suelo, deja que se lo coma tranquilo, pues el potasio le sentará muy bien, ayudándole a evitar calambres.

Ahora, si lo notas un poco inflamado, dale un poco de melón.

Eso sí, no olvides retirar cáscara y semillas, y cortarlo en trozos pequeños para evitar que tu mascota se ahogue.

La sandía también la disfrutará, ya que le ayudará a saciar su sed, sobre todo en temporada de altas temperaturas. Córtala en trozos pequeños, extrae las semillas y alístate para ver su cara de satisfacción.

Como ves, con todas estas opciones puedes ampliar su menú considerablemente. Sin embargo, ten presente los siguientes hallazgos de Martín y evita que tu amigo se intoxique o le caiga pesada alguna fruta. 

Perro comiendo manzana sin semillas en un jardín

Uvas y uvas pasas: son súper tóxicas para los perros, puesto que pueden producir insuficiencia renal aguda. 

Cerezas: sus semillas contienen cianuro y pueden envenenar a tu mascota. Si sospechas que por alguna razón las ha ingerido, corre al veterinario en caso de que sus pupilas estén dilatadas, tenga problemas para respirar o las encías rojizas.

Limones y otros cítricos: aunque no representa un problema grave chupar un limón, es muy posible que le produzca gastritis y que no encuentre el sabor muy agradable. 

Aguacate: posee persina, una toxina inocua para el ser humano, pero que puede ser mortal para otras especies. Así que, ¡nada de nachos con guacamole!

¿Cuál es la mejor manera de introducir la fruta en la alimentación de tu perro?

La clave es hacerlo de manera paulatina. Empieza con pequeñas porciones de fruta como manzana o banano y observa su reacción. Si las tolera bien y no presenta problemas digestivos, aumenta poco a poco la cantidad.

Además de ofrecerle fruta fresca, también opta por concentrado o snacks que la contenga. De esta manera, complementarás su menú con todas las ventajas que ofrecen. 

Arma un salpicón de mimos y prepárate para recibir muchos besos.
¡No sabes todo lo que te lo agradecerá!

¡Has finalizado la lectura sobre las delicias frutales para tu perro!
Antes de irte, ¿qué te parece si pones a prueba tus conocimientos? A continuación, te presentamos un cuestionario para que pongas a prueba cuánto has aprendido. ¡Adelante!