¿Te has dado cuenta que estando en casa tiendes a comer menos saludable? La facilidad de tener todo en la nevera o en la despensa hace que no controles todo lo que estás comiendo, y, si a eso le sumas compras impulsivas de productos con harinas refinadas y cargados en azúcar, te darás cuenta de que es fácil que subas de peso y tu salud desmejore, casi sin darte cuenta.

Piensa que al estar trabajando desde la comodidad de tu hogar, te mueves menos, la actividad física es más reducida, y, la alimentación no es tan balanceada. Dado que esto puede afectarte de una u otra forma, es crucial que pongas un alto en el camino, evalúes tu dieta y empieces a pensar en una alimentación saludable.

Cada cuerpo es diferente, por lo que cada uno tiene necesidades alimenticias distintas. Así que, si bien acá te sugerimos unas recomendaciones, si tu interés es bajar de peso o cambiar la forma en la que te alimentas,  asesórate de una persona experta en nutrición.

Lo más importante para cambiar la forma en la que comes es organizar tu día a día. Si planificas lo que comerás a lo largo de la semana, será más difícil que los antojos hagan de las suyas. Ten en cuenta estas recomendaciones, si quieres empezar a mejorar tu dieta.

¿Cuántas veces al día?

Organiza tu alimentación: crea una rutina saludable

Se supone que deberíamos comer tres veces al día: en la mañana, al mediodía y en la noche, no muy tarde. Sin embargo, hay quienes recomiendan incluir una comida en la mitad de la mañana y en la mitad de la tarde. Si a las 10 a.m. te comes una manzana, unas galletas y un yogurt, cuando llegues al mediodía estarás más lleno y no comerás grandes porciones. Lo importante es que planifiques muy bien lo que comerás, ya que esto te permite saber qué comprar para evitar que el afán sea tu guía. Si planificas, podrás pensar en cosas saludables.

Crea el menú

Crea una rutina saludable con tu alimentación

Una vez hayas planeado los momentos en los que comerás, puedes empezar a ponerle comidas a cada uno de los momentos. Incluye siempre un alimento de cada uno de los siguientes grupos:

Proteínas: no solo de carne vive el hombre. Incluye carnes rojas, pollo, pescado, mariscos, pavo, cordero, entre otras. Dale cabida a proteínas vegetales como lentejas, soya, frijoles o garbanzos. En oportunidades, también podrás aprovechar la proteína que aportan los quesos maduros o saborizados como el cheddar, colby jack, pepper jack y muenster y, del yogur griego.

Carbohidratos: prefiere los cereales de grano entero. Incluye también panes integrales, cereales de avena bajos en azúcar, galletas, palomitas de maíz, nachos horneados, pasta seca y fresca y arroz, entre otros.

Grasa: esta es necesaria para muchos procesos que tienen lugar en nuestro organismo. Busca fuentes de grasa saludable como el aceite de oliva, los frutos secos, el ghee o el aguacate.

Líquidos: la recomendación de los expertos es beber por lo menos ocho vasos de agua diarios. Si quieres incluir jugos, prepáralos en casa y no uses endulzantes.  Las frutas ya tienen toda el azúcar necesario.

Vitaminas y minerales: incluye siempre una rica variedad de frutas y verduras: mientras más colores incluyas en tu dieta, más micronutrientes tendrás.

Otras recomendaciones

Para que siempre haya variedad no olvides:

  • Haz tus compras pensando en el menú semanal: tómate un tiempo para pensar qué comerás día a día.
  • Varía los métodos de cocción: puedes usar el horno, hacer preparaciones sofritas, utilizar una freidora de aire, hacer estofados o cocinar al vapor. En la variedad encontrarás el placer.
  • Planea el menú para dos semanas, así podrás alternar cada dos o tres meses.
  • Siempre debes estar un paso adelante. Confirma si tienes todos los ingredientes disponibles para tus preparaciones del día siguiente.

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