Antes de leer este artículo, levántate, ve a la cocina, parte una manzana y,
mientras disfrutas esta jugosa creación de la naturaleza,

entérate de todo lo que necesitas saber sobre una de las frutas más apetitosas, versátiles y beneficiosas que existen.

Así es, hoy vamos a hablar de la manzana, erróneamente conocida como
“la fruta prohibida”.

Y es que al parecer, este famoso mote se debe a un error de traducción.
Resulta que en el año 382 se le encarga a Jerónimo de Estridón la traducción de la Biblia al latín, y algunos textos
originales en hebreo no estaban del todo claros.
El término “mal”se tradujo como “malum”, que puede denotar “mal”, “manzana” o simplemente “fruta”. Al asociarse con el
fruto de un árbol, el significado se popularizó como “manzana”.

Ahora, todo tiene sentido,
¿cómo puede ser prohibida una fruta tan rica y que aporta múltiples beneficios a la salud?

Investigadores de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, estudiosos del impacto de la ingesta de frutas en la pérdida de
peso, descubrieron que las mujeres con sobrepeso que comían diariamente el equivalente a tres manzanas o peras
perdieron más peso con una dieta baja en calorías que las mujeres que no añadían frutas a su dieta.

Proporciona vitamina C, que es un antioxidante de primera que retrasa el envejecimiento de los radicales libres.
La manzana es rica en pectina, un tipo de fibra soluble que no se absorbe en el intestino.
Retiene el agua y se convierte en un gel que actúa como una emulsión que absorbe desechos en el intestino
y facilita la eliminación de toxinas con las heces.
Aporta Quercetina, un flavonoide que se encuentra naturalmente en las manzanas y que ha sido identificado como uno
de los más beneficiosos para prevenir y reducir el riesgo de cáncer de páncreas.
Su alto contenido en vitamina B1 y B6 hacen que las manzanas sean efectivas para reforzar la memoria y, a su vez,
contribuyen a evitar o mitigar el agotamiento mental.
Contiene potasio y fósforo minerales esenciales en la conducción nerviosa.
Cuenta con boro, mineral que facilita la asimilación del calcio y el magnesio.
Tiene pectina, fibra soluble que facilita el tránsito intestinal.

¿Cuál es la cereza del pastel?
O, mejor dicho, la manzana del pastel está en su riqueza en antioxidantes pues contiene fitoquímicos como la catequina o
quercetina, que ayudan a evitar el envejecimiento prematuro de las células y a reducir los niveles de azúcar en la sangre,
convirtiéndola en una deliciosa alternativa para los diabéticos.

Adicionalmente, su contenido de:
Potasio permite que sea diurética, reduciendo la acumulación de líquidos y controlando los niveles de tensión arterial.
Histidina ayuda a prevenir algunas enfermedades cardiovasculares y digestivas, siendo beneficiosa en casos de gastritis.
Metionina favorece la reducción de los niveles de colesterol malo.

Como si fuera poco, un equipo de investigación de la Universidad de Cornell identificó un grupo de fitoquímicos
abundantes en la cáscara de la manzana que, al parecer, matan o inhiben el crecimiento de al menos tres tipos
diferentes de células cancerosas humanas: colon, mama e hígado.

Es tan apetitosa que puedes disfrutarla a mordiscos o en múltiples preparaciones.
La clave está en elegir la variedad adecuada para sacarle el máximo provecho.

Existen muchísimas variedades y la gran mayoría de ellas provienen del estado de Washington, E.E.U.U.

Así es, y tiene una razón de ser. El clima árido, abundante agua y técnicas de cultivo avanzadas, no solo hacen
que el estado de Washington sea el terreno ideal para cultivar manzanas, sino también uno de los mejores
lugares para producir frutas orgánicas.

Las temperaturas secas permiten reducir enfermedades y plagas, disminuyendo la necesidad de emplear
agroquímicos para controlar insectos.

Además, los estándares de calidad de las manzanas de Washington son muy rigurosos en términos de color, peso, presión,
nivel de azúcar, tamaño y condición de cada variedad antes y después de la cosecha, así como en el momento de
empaque, distribución y venta.