El pavo es uno de los pocos animales domésticos originarios de América. Cuando los europeos llegaron al nuevo mundo, probaron la carne de esta ave y, pronto se dieron cuenta de su sabor, textura y versatilidad. Sin embargo, al llevarlo a Europa, su crianza se hizo difícil lo que ocasionó que su valor aumentara considerablemente.

El pavo es símbolo de dos fiestas importantes en Estados Unidos: Thanksgiving y Navidad. También es protagonista de la mesa de fin de año en varios países de América Latina y, por eso, te queremos compartir algunos consejos para optimizar esta rica proteína.

El tipo

Una de las primeras cosas que debes tener en cuenta es qué tipo de pavo es. En el mercado podrás encontrarlo fresco, congelado o ahumado. Mientras el fresco debes consumirlo en el menor tiempo posible, el congelado puedes conservarlo por mayor tiempo, siempre y cuando lo almacenes en el congelador. El ahumado cuenta con un proceso de cocción previo y un delicioso sabor que le otorgan el humo y la leña.

Tamaño

El número de invitados, determina el tamaño del pavo. Por eso, calcula 600 gramos por persona, aproximadamente.

Congelado o fresco

Un pavo congelado se toma aproximadamente 12 horas para descongelar. Ten presente que este proceso se debe realizar en el refrigerador para no romper la cadena de frío y favorecer su deterioro. Si decides comprar un pavo fresco, hazlo uno o dos días antes, para que tenga un delicioso sabor.

Condiciones organolépticas

Los pavos congelados pasan por un riguroso protocolo de calidad para su venta. Sin embargo, debes estar atento a su fecha de vencimiento.

En cuanto al pavo fresco, confirma que su piel sea blanca. Nunca debe ser azul o morada, húmeda o pegajosa. Su carne debe ser dura y firme y su aroma suave, y sin notas ácidas. .

Adobo

Para que el pavo adquiera un exquisito sabor, deberás barnizarlo con adobo o inyectarlo, por lo menos con cinco horas de anticipación. La mantequilla es la mejor base para hacer estas marinadas húmedas. Puedes mezclarla con vino blanco, hierbas, jugo de naranja, arándanos, manzanas, entre otros.

Conservación

Un pavo congelado puede durar entre 9 y 12 meses. Para prepararlo, debes retirarlo del congelador, mínimo 12 horas antes, y descongelarlo en el refrigerador. Si se trata de pavo fresco, lo ideal es que lo consumas uno o dos días después de la compra y que lo mantengas en refrigeración.

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